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Reseña de dos cuentos de Ciencia ficción: "Blondine" y "La tía Eulalia" por Virginia Frade: Docente en Institutos de Profesores Artigas.
Tenso Diagonal ISSN: 2393-6754 Nº 03 Mayo 2017

La narrativa de Mónica Marchesky
en diálogo con los temores del hombre actual

Mariana Moreira
                      
                        (Consejo de Educación Secundaria -
                        Grupo de Investigación sobre Literatura Fantástica Uruguaya)
 
 
Marchesky, Mónica. Cabezas mojadas y otros cuentos.
Montevideo: MMediciones,
colección Ruido Blanco y Fantástica, 2016.

El reciente libro publicado por Mónica Marchesky, escritora
uruguaya que se ha dado a conocer en estos últimos años a
partir de las publicaciones de los libros de ciencia ficción Ruido
Blanco, reúne un total de dieciséis cuentos en las noventa y tres páginas que lo conforman.
En ellos podemos ver el dominio de la autora principalmente sobre la narrativa fantástica,
así como también en la literatura de ciencia ficción, sin dejar de lado su pequeña
e interesante incursión en la estética “ciberpunk”. En este sentido, y muy por el contrario
de lo que se pueda creer, las categorías de fantástico y de ciencia ficción parecen volver
a florecer en Uruguay en estos últimos tiempos.

Luego de una detenida y minuciosa lectura de los textos presentes en esta obra,
llamó mi atención la forma en la que ellos establecen un diálogo con la realidad que nos
rodea, llevándonos así al cuestionamiento personal. Como ya planteaba David Roas
(2001), podemos ver que “el relato fantástico provoca –y, por tanto, refleja– la incertidumbre
en la percepción de la realidad y del propio yo; la existencia de lo imposible, de
una realidad diferente a la nuestra, conduce, por un lado, a dudar acerca de esta última
y, por otro, y en directa relación con ello, a la duda de nuestra propia existencia” (9). Es
así como la autora, a partir de su estilo personal, nos provoca con estos relatos, en los
que a través de distintas situaciones va desentrañando los terrores que atormentan al ser
humano actual, llegando en algunos casos a mostrar una verdadera crítica a la sociedad
del siglo XXI a partir de una variedad de protagonistas, que van desde jóvenes estudiantes
hasta vampiros eclécticos. De un modo u otro, logra crear en sus relatos una atmósfera
en la cual hasta lo más cotidiano es capaz de volverse en contra de los personajes y
transformarse en sus peores pesadillas.

Ya desde el primer cuento, “Monarcas”, podemos ver al ser humano siendo exterminado
por su propia pasión. Este texto, sumamente breve, trata sobre la forma en
que la naturaleza, en este caso representada por unas inofensivas mariposas que son el
objeto de admiración del protagonista, se transforma en una trampa mortal. Esta temática
se reitera en cierto modo en “Hormigas en el ascensor”, en que se narra cómo las
hormigas terminan por transformar el cuerpo de una anciana muerta en un hormiguero.
Es interesante aquí el vínculo que se puede establecer entre estos dos relatos con algunos
pertenecientes a Horacio Quiroga, principalmente en cuanto a esa temática tan recurrente
en él, donde el hombre se enfrenta a la naturaleza y pierde la batalla, como se
puede ver tan claramente, por ejemplo, en “La miel silvestre”. Pero cabe resaltar que el
punto fuerte de estos dos textos de Marchesky, y que la alejan del estilo de la narrativa
quiroguiana, radica en la brevedad de los mismos y en la forma particularmente macabra
con la que es abordada la temática.

En “La lámpara violeta”, el centro en cambio es uno de los miedos más comunes
del ser humano, la oscuridad; y cómo esta puede llegar a ser tan terrible como para acabar
con la vida del protagonista, dejando un gran espacio abierto a la duda. ¿Realmente
habitan seres en las sombras que rodean al personaje? No hay respuesta, pero el temor
infantil, planteado desde una perspectiva adulta, es el motor de este relato.
Más adelante, nos encontramos con los cuentos “668” y “Blondine” (publicados
anteriormente en los volúmenes uno y dos de Ruido Blanco, respectivamente). Ambos
sumamente atractivos por la estética presentada, pues “668” nos sumerge en un futuro
distópico en el que las plantas carnívoras son quienes se encuentran por sobre el resto
de las especies, incluso por encima de la humana, donde el personaje, de nombre homónimo,
será elegido para llevar a cabo una prueba que le permita a la humanidad vencer
finalmente a su enemigo mortal. Mientras que “Blondine”, por otro lado, nos adentra
a una narrativa ciberpunk en la que el mundo virtual es presentado como el único con
“valor real”, principalmente para las empresas dueñas de los softwares de contenido
sexual que se ven aquí afectadas por el hacker Ralph124C41+. Frente a este intruso es
que recurren a la ayuda de la heroína de la historia, una prostituta del ciberespacio que
trabajará como agente encubierto para solucionar el problema.
Otro texto publicado previamente, en el cuarto libro de Ruido Blanco, es “La
tía Eulalia”; uno de los mejores cuentos de Marchesky desde mi perspectiva, donde se
presenta un posible Uruguay del siglo XXII en el cual se ve claramente la forma en que
la tecnología ha sustituido los vínculos familiares y ha llevado a los seres humanos a la
alienación, dejando entrever una clara crítica a la sociedad actual.

Siguiendo la misma línea, se destacan “¿Cómo ser objetiva en tiempos de sexo?”
y “El retrato entre los pinos”, ambos protagonizados por personajes femeninos con más
de cuarenta años. En el primero, se aborda la forma en que el mundo sobre sexualizado
que nos rodea influye sobre la narradora de la historia, llegando al punto que le es imposible
concentrarse en cualquier cosa sin establecer una conexión con el sexo, lo cual
incluso llega al ridículo: “yo debo escribir sobre una camioneta verde limón que entra y
sale de la niebla. […] Con mis cuarenta y tantos años y una revolución de hormonas en
mi cuerpo, sería muy interesante que esa camioneta verde limón que por cierto es muy
erótica, fuera utilizada para distintas…distintas…travesuras” (27). Lejos de lo humorístico
que puede llegar a ser este relato, el segundo aborda de forma grave la obsesión del ser
humano por verse siempre joven y hermoso, criticando así fuertemente el culto desmedido
al cuerpo y todos los sacrificios que este conlleva, lo cual termina por volverse la
desgracia de la protagonista.

También nos encontramos con otro tipo de personajes femeninos que se encuentran
unidos en cierta forma por su afán de alcanzar el conocimiento, como se aprecia en
“Confites rosados”, donde el eje central del cuento es lo macabro. A partir de la escena
típica en la que un desconocido relata su vida a una joven en un bar, se produce un giro
inesperado, ya que la necesidad de esta chica por conseguir una “entrevista original”, se
termina convirtiendo para ella en un asunto “más importante que la vida misma” (37).
Algo similar ocurre en “La tesis”, en que una estudiante de antropología intenta conseguir
información sobre las esculturas de arcilla que se levantan en el exterior de las tumbas
japonesas (llamadas “haniwa”) para su trabajo final, y descubre de la peor manera posible
que “no hay haniwa sin cuerpo” (47). Esta idea del conocimiento relacionado al peligro
se reitera en “Una bolsa de huesos” (publicado previamente en “Narrativa breu”, Premis
literaris CONSTANTÍ 2004), texto en el que una mujer historiadora llega a un pueblo
para conocer sus costumbres y tradiciones y alquila para dicho propósito un sótano, en el
cual se esconde un terrible secreto sobrenatural capaz de acabar con su existencia, pero
gracias a su prudencia logra no dejarse cegar por la ambición de descubrir lo que ocurre
allí, logrando así salir ilesa.

Por otro lado, también se hacen presentes las temáticas típicas de las leyendas
propias de la tradición oral, como se aprecia en “Los ojos de mi amigo”, donde se aborda
el tema de la maldición; en este caso provocada por el mismo protagonista al no cumplir
con la última voluntad de su amigo. Y en el relato que le da nombre al libro “Cabezas
mojadas” (dado a conocer antes en la antología Los mil y un insomnios, Centro Toluqueño de Escritores, 2006), en el que se desarrolla la clásica leyenda urbana del asesino
de la carretera, pero sin caer en el cliché del típico relato de terror, en la medida que el
egoísmo humano es el centro aquí y es lo que termina salvando la vida del protagonista.
Los últimos tres relatos del libro que quedan por mencionar son: “Fantasmas en
el muro”, cuento fantástico en el que a partir de la curiosidad de la joven narradora, esta
termina por “formar parte del muro” (52) de los fantasmas para hacerle compañía a una
anciana que sufre por su soledad. “El hombre musgo”, en el que un doctor, desbordado
por su trabajo que le implica estar en constante contacto con la muerte, y por el sufrimiento
que le provocó haber perdido a su amada, acaba por transformarse lentamente
en un ser verde, baboso y deforme, exteriorizando así su sentir interior.
 
Y finalmente “Manual para vampiros eclécticos deprimidos”, en donde se desarrolla un juego interesante
entre la depresión que aqueja al vampiro, producto de los avances tecnológicos
y los cambios que ha sufrido Montevideo, y la existencia de un manual específico para
ayudar a vampiros eclécticos que sufren de depresión.
Lo que une principalmente a estos relatos es su prosa clara y breve, así como
también la originalidad en la que se abordan la variedad de temas expuestos. De todos
modos, lo más atractivo de Cabezas mojadas y otros cuentos radica en la forma en que
las narraciones de Marchesky aluden a conflictos y temores del ser humano, propios del
momento histórico en el que aparecen, valiéndose para ello de los recursos que le proporcionan
el horror, lo macabro y en algunos casos lo trivial, para hacer de su literatura
fantástica una especie de espejo que nos permite cuestionar nuestra propia actualidad.
Ante lo expuesto, de más está decir que este es un libro que merece la pena ser leído y
que complementa muy bien la colección Ruido Blanco, en la que se hacen presentes
otros cuentos de la autora que no integran este volumen. Por lo que estaremos a la espera
de más Mónica Marchesky.

Bibliografía citada
Roas, David. “La amenaza de lo fantástico.” Teorías de lo fantástico. Comp. David
Roas. Madrid: Arco Libros, 2001: 7-46. Impreso.
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